Voy a ser tu
geisha le susurró;
vamos a
explorar juntos,
el poder de
los sentidos;
de apetencia
tan precisa
que vibraran
en sensaciones.
El ritmo…
lo indicara
la mente.
Temblando el
cuerpo,
al son de los impulsos.
Te daré una
cita,
en el rincón
de la luna
con rosas
perfumadas
de un
oriente afrutado.
Embriagada en
tu perfume,
de jengibre
y cardamomo,
seductor y carismático,
harás que
pruebe,
el sabor
que dicta,
lo que la
carne encierra
en las
profundidades del deseo.
El sonido de
ese vals,
que desordena
mi cabeza,
me hará
arrastrarte a la pista,
con una música
tras otra.
Sonidos de
palabras,
mezcladas
con violines,
danzando
ante mi vista,
un lenguaje de
contornos.
Tangos
sensuales,
preludio de
una entrega,
harán crecer
tu coraje
sin apenas
darte cuenta.
Y llegado
ese momento,
de boleros
indomables,
una letra
sonara,
perturbando
convicciones…
E imaginando
tu tacto,
imaginarás
tu una piel de seda.
Veras
entonces,
la imagen
que no imaginas,
mientras
miro yo la tuya,
el deseo se acrecienta.
Las palabras
que no escuchas,
retumbarán
en tu cabeza,
imaginando
los sabores,
que
desordenan las ideas.
Las rosas ya
caídas,
los pétalos
han abierto…
Arde tu mano
en lubrica comparsa...
Notarás entonces
que te
toco..
con la punta
de mi seno.
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