LA CACATUA

Al salir de casa me topé, sobre el empedrado de la calle, a una cacatúa con las cejas y los labios pintados de rojo carmesí…
- ¿Quieres volar conmigo guapo?- me dijo a la par que me hacía un guiño. Al agitar sus pestañas postizas de descomunal tamaño se generó tremenda brisa que me desmontó el sombrero de ala que me había encasquetado aquella mañana.

- ¿Y dónde volaremos?- contesté sin entusiasmo al ver sus gordas pantorrillas que asomaban por el refajo.

- Hasta las estrellas- Me sonó grandilocuente; pero poco creíble, así que miré el reloj de pulsera de soslayo.

- No se si va a poder ser, tengo el tiempo justo- inventé una excusa que sonó a excusa.

- Exacto. Tienes el tiempo justo para llegar a las estrellas- insistió la cacatúa arrimándome sus domingas a mi pecho.

- Con tanto peso no se si podremos despegar mucho- advertí mientras le echaba un ojo a tamañas bolas de grasa.

- Vamos, súbete a mi chepa- con cansino gesto me subí a su chepa en la confianza de que aquella cacatúa no despegaba ni de coña. Ante mi sorpresa y con una propulsión desconocida la cacatúa conmigo a su chepa despegó del suelo.

- Agarrate fuerte muñeco- y lo hice asustado a su mata de rizos estropajosos oxigenados.

- ¡Ahí no capullo, qué me desmontas la melena y no veo! ¡Asite a mis pechos!- lo hice con reparo mientras observaba como mi casa se alejaba y todo se hacía muy pequeño. Tras momentos de anonadamiento vi como en un plano la tierra, era una visión fabulosa e increíble hasta que nos metimos en una nube y se acabaron las vistas.

¡Joder no veo ni pijo!- aseveré in de jeve tu de jeve…

-         No te apures que conozco el camino- me aferré más fuerte a sus domingas lo que hizo generar cierto movimiento en mi miembro.

       Por fin pasamos las nubes para encontrarnos con un cielo azul cielo intenso.

- Sra. Cacatúa, estoy empezando a sentir un pelín de frío y de momento esto es como un boeing 747 en clase infraturista. ¿Tiene un zumito? Se me está quedando la boca seca- solicité con amabilidad en espera de respuestas adecuadas.

- ¡No me joda! Pronto saldremos de la biosfera, de la estratosfera y de la atmósfera- contestó con sequedad.

- Pero en esas circunstancias es posible que la casquemos- empecé a sentirme nervioso a la par que me castañeaban los dientes por mor del gélido ambiente que me empezaba a helar todas mis partes blandas y duras.

- Si. Es posible. No le resulta emocionante- se rió la cacatúa con descaro impropio de un comandante de vuelo.

- Mire señora Cacatúa, ha sido estupendo pero me temo que ya no me apetece seguir. ¿Podría devolverme a donde me encontró?- la situación era patética y mis palabras sonaban huecas.

- Le dije que iba a volar hasta las estrellas y hasta las estrellas llegaremos- su risa a carcajadas me sonaron un tanto macabras. Empecé a tirarle de los rizos estropajosos para que se parara. Ella respondió enérgicamente propinándome un zarpazo en el culo, a lo que yo respondí con un estirón de orejas. Así, entre golpes y collejas se me fue la mano de su teta izquierda, lo que aprovecho para sacudirme de una patada. Súbitamente me encontré en el vacío…

- Adiós capullo, buen viaje de vuelta- sentí su risa histriónica mientras la perdía de vista en mi caída. Intenté extender los brazos y agitarlos como un pollo; seguía cayendo. Intenté ponerme de lado, de cabeza, boca arriba y boca abajo; pero no había manera, seguía precipitándome como un cuerpo atraído por otro cuerpo- A ver si va a ser cierto que dos cuerpos se atraen según el producto de sus masas partido por el cuadrado de la distancia entre ellos- me dije a mi mismo mientras veía como el cuerpo de la tierra se acercaba cada vez más al mío, en lo que se presuponía iba a ser un grandioso abrazo. Traspasé las nubes y cada vez el suelo se veía más próximo. No podía pesar. Estaba verdaderamente acojonado.

- ¡STOP!- se me ocurrió gritar cuando estaba a menos de cien metros de mi encuentro con el mundo.- Vamos a ver, un momentín, esto de poner los personajes al límite está bien, muy bien, genial; pero… no veo otra salida lógica a este relato que mi óbito al estamparme contra el suelo y si se supone que yo relato en primera persona historia… ¿Cómo cojones lo voy a hacer si estoy MUERTO?!!!!! – Me quedé suspendido en el aire a cien metros del suelo, mientras esperaba una respuesta que no llegaba. Puede ver la plaza España como se iba abarrotando de gente todos con caras de lelos y apuntándome con el dedo.- Vamos. Dime algo. Esto se está llenando de gente. Un helicóptero se me aproximó por la derecha.

- Aguante un poquito más. Vamos a intentar recogerle. Aguante por favor…- gritaba una voz metálica proveniente del aparato volador.

- ¡Qué numerito joder!- pensé para mis adentros. Mira que hay gente que escribe y tocarme a mí este joputa.- mientras mascullaba estos susurros se fue la luz. Todo se apagó y me encontré de nuevo en el mundo etéreo de los sueños.- ¿Qué ha pasado?- pregunté confusa.

- Lo siento Tía, he roto el folio y lo he tirado a la basura. Era una mierda y no se me ocurría ningún final… Ya te buscaré otro relatillo a tu medida… Lo siento…

- Sa jodido… Tanto sufrimiento para nada… ¡Qué mierda ser una fantasía en la cabeza de un necio…!