" la legislación de educación es fundamental para un futuro igualitario. El estado debe velar por una enseñanza no discriminatoria, sancionando a cualquier institución que permita enseñanzas machistas en sus aulas."
La
existencia de un día de la mujer nos debe llevar a recordar que todavía existen
importantes desigualdades de derechos entre hombres y mujeres. Los antecedentes
históricos de dominación del hombre son consecuencia de una etapa histórica
basada en el predominio de la fuerza sobre la inteligencia y, tal predominio, es
el causante de que todavía en estos momentos cuando ya la racionalidad y la
inteligencia predominan sobre el uso de la fuerza, se mantengan esos usos y
costumbres discriminatorios.
En
nuestro país, no se puede hablar de discriminación legal de la mujer. Tanto
nuestra Carta Magna como toda la normativa legislativa preconizan la igualdad
entre sexos sin discriminación, con la única salvedad de la Ley de Protección
Integral de la mujer contra la violencia de género 1/2004 de 28 de diciembre,
que establece una discriminación
positiva de la mujer con el fin de protegerla de la acciones machistas. Sin
embargo, el poso cultural de siglos de dominación machista, apoyado por los
mandatos religiosos y las educaciones familiares, han obligado a la mujer a
empezar una cruzada, no sólo para que le sean reconocidos sus derechos sino
para que ese reconocimiento se lleve a la praxis.
Podemos
decir que la legislación española es una de las más progresistas en materia de
igualdad, sin embargo, el poso de la dominación fascista y de la cultura
católica todavía perviven y serán complicados de erradicar si el gobierno no
establece un sistema de estado laico que impida el uso de costumbres
discriminatorias en el seno de las religiones y en los grupos de poder fáctico.
(Grandes empresas, banca y política).
Por
otro lado, la legislación de educación es fundamental para un futuro
igualitario. El estado debe velar por una enseñanza no discriminatoria,
sancionando a cualquier institución que permita enseñanzas machistas en sus
aulas.
Otro
grave problema son las doctrinas religiosas donde la mujer resulta totalmente
discriminada. Tanto la religión católica, como judaísmo y las creencias
musulmanas, entre otras, amparan enseñanzas gravemente machistas en su seno, lo
que produce un choque brutal entre dos derechos amparados en la Constitución:
la libertad religiosa y de culto y la igualdad entre sexos. Nuestro Estado, es
un estado aconfesional; pero mantiene lazos muy fuertes con la Iglesia
Católica, lo que impide una normativa beligerante con ésta última. Si bien el
derecho a la libertad de culto y la libertad religiosa es un derecho amparado
en Nuestra Carta Magna, debería establecerse un Estado laico en el Reino de
España, erradicando cualquier convenio con la Iglesia Católica o cualquier otra
religión y considerando la libertad individual y la no discriminación como
derechos preferentes al derecho a la libertad de culto. Es decir que, admitiendo
la libertad de culto, este derecho no restrinja las libertades individuales de
las personas físicas ni se permita la evangelización de doctrinas machistas.
La
Ley de Protección Integral de la mujer de 2004 es un parche; pero no una solución.
Además, si bien esta ley protege a la mujer contra las conductas machistas,
estableciendo medios para que ésta pueda desvincularse del maltratador que la
somete, su normativa genera un grave problema judicial y discriminatorio
respecto al hombre. Por eso, muchos profesionales de la justicia consideran
esta norma poco práctica y meramente electoralista puesto que ha generado más
conflictos y abusos que soluciones. En realidad, es considerada por muchos un
guiño al voto femenino; pero que no soluciona el problema de fondo.
Como
conclusión podríamos decir, que mientras no se regule de forma contundente el
tema de la enseñanza machista ni se produzca la total desvinculación del Estado
de la Iglesia, el machismo seguirá arraigado en nuestra sociedad como un tumor
incurable y la mujer estará discriminada en la práctica de forma indefinida.
Las reformas del Código Penal no pueden solucionar por sí mismas el problema
del machismo si no vienen acompañadas por una reforma educativa de base y un
cambio en las costumbres morales de nuestra sociedad, todavía machista y
discriminatoria.
J.M. Bayod
J.M. Bayod
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