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martes, 24 de junio de 2014

Mal y daño no intencional



"No conviene atribuir a la maldad de las personas lo que puede ser atribuido a su incompetencia"



A menudo generalizamos demasiado cuando hablamos de mal, e incluimos dentro de esa categoría todo aquello que hace daño, sea intencional o fortuito.

Sin embargo, la perspectiva de este post es tratar el mal intencional, aquél causado consciente y deliberadamente.

Un terremoto es dañino, pero nadie es autor del mismo. Es fortuito.

No es lo mismo maldad que incompetencia. Una regla de oro dice que:

"No conviene atribuir a la maldad de las personas lo que puede ser atribuido a su incompetencia"

Cuántos males son en realidad vicios de funcionamiento de la sociedad, sus instituciones, sus miembros y sus dirigentes, que no son conscientes de ellos (y, por tanto, no están en condiciones de ponerles remedio).

Hay mucha gente estúpida. Seamos generosos y démosles el beneficio de la duda, al menos!





Quizá no nos demos cuenta, pero la inteligencia es un arma peligrosa. Quizá, la más peligrosa de todas, ya que permite aprender y usar el conocimiento para hacer daño. Las especies más inteligentes son también las más dañinas con sus semejantes y con el medio en el que viven.

Sí, la maldad existe en los animales, igual que en los seres humanos.

Los primates, dotados con un cerebro bastante desarrollado, son capaces de mostrar una crueldad extrema hacia sus semejantes. No hablamos de un mero instinto de caza y supervivencia, sino de daño consciente y deliberado. Maldad intencionada. Los chimpancés hacen planes de futuro, y pueden ser tan malintencionados como los humanos.Conductas como el asesinato selectivo, las palizas, los robos o las violaciones son relativamente frecuentes en los grupos de chimpancés. Se habla de machos endemoniados.

¿Cómo, entonces, consiguen formar sociedades unos animales que son tan peligrosos unos para con los otros? ¿Qué "cemento" lima esa agresividad, esa violencia, y les permite colaborar y protegerse mutuamente?

La naturaleza ha encontrado la forma cuadrar este círculo. Los seres más inteligentes, más evolucionados, disponen de dos cualidades que les permiten entender a sus semejantes y ponerse en su lugar. Los etólogos (científicos que estudian el comportamiento) las llaman "teoría de la mente" (es decir, conocer lo que otros conocen) y "empatía" (es decir, sentir lo que otros sienten).

Las responsables parecen ser un grupo muy especial de neuronas que se activan cuando vemos a otro individuo ejecutar ciertas acciones o mostrar ciertas expresiones faciales: las neuronas espejo.

Estas neuronas desempeñan una función muy importante dentro de las capacidades cognitivas necesarias para la vida social. Nos permiten interactuar eficientemente con nuestros semejantes (y hasta con individuos de otras especies).

Claro que, como todo mecanismo biológico, hay variaciones en su funcionamiento. Hay individuos con un mecanismo más sofisticado, y otros que pueden tenerlo "averiado" o incluso llegar casi a carecer de él.

Los llamamos sociópatas.

La sociopatía parece ser una forma leve de autismo, o al menos estar relacionada con él.

Lo paradójico en todo esto es que la dificultad para empatizar con tus semejantes, la sociopatía, parece ser una cualidad valorada en ciertas profesiones e incluso en posiciones de mando y autoridad dentro de la sociedad.



http://teoriamal.blogspot.com.es/2013/03/mal-y-dano-no-intencional.html

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