Tu me provocas.
Me incitas a pecar.
Transgredí las siete prohibiciones
con la mejor de mis sonrisas.
Y virtudes considero
mas que pecados capitales.
Que pecado la gula,
degustada de tus labios;
quiero mas y más,
deleite devorador.
Mira que estoy preocupada;
estoy tan alarmada
que me dejo llevar por la pereza.
Así, a tu lado,
dejando que tus manos
dibujen mi silueta…
codiciando todo tu ser
…para mi sola,
codicia,
de tu mente , de tu cuerpo y tu persona...
tu tiempo… para mi sola.
¡Hasta que se desboca mi ira
cuando osan perturbarte
y profana lo que es mío sin permiso!.
…Que soberbia soy…
y no lo siento,
pues me creo soberana
y me desbordo de orgullo
con cada palabra,
gesto y acto tuyo.
Y no te cuento la lujuria,
que eso solo es cosa nuestra,
en la que me bañas noche y día...
día y noche vida MÍA.
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